Además de su inherente resistencia a la corrosión, los aceros inoxidables que contienen níquel son fáciles de moldear y soldar; Siguen siendo dúctiles a temperaturas muy bajas y, sin embargo, pueden usarse para aplicaciones de alta temperatura. Además, a diferencia del acero convencional y del acero inoxidable sin níquel, no son magnéticos. Esto significa que se pueden convertir en una gama excepcionalmente amplia de productos, que abarca aplicaciones en la industria química, el sector de la salud y usos domésticos. De hecho, el níquel es tan importante que los grados que contienen níquel representan el 75% de la producción de acero inoxidable. Los más conocidos son el Tipo 304, que tiene un 8% de níquel y el Tipo 316, que tiene un 11%.
Hora de publicación: 22-sep-2020